jueves, 24 de julio de 2014

LA CULPA.







Después del delirio alemán, llegué con ganas del sabor latino... un movimiento de cadera de cadera. Salgo con Frida y como suele suceder cuando estamos las dos solas, adoptó un papel similar al de Amelita, pero alcohólica.

Esa noche mi presa es un tipejillo que ya había visto, y del cual había comentado que me parecía lindo y como no iba a parecerme lindo¿? medio alto, delgado, con barba... ahi tienen todo mi estereotipo.

A lo que Frida calculadoramente contestó: que tengo unos gustos un tanto extraños y que mi presa es un bebedor que se queda dormido en cualquier lado y le llaman “el tapete”. En ese momento me pregunto …
¿Será que Frida no me conoce?
¿Ella cree que la palabra bebedor me va a ahuyentar?
(risas en mi mente)

Efectivamente, la palabra bebedor no será un impedimento para mi y en un polvo casual hasta me resulta atractivo.

De él se poco o nada, lo único de lo que me entero por una comunicativa amiga de Frida es que él estaba esperando a su novia, la cual nunca llegó. Por la comunicativa amiga que parece medio bruja también, me entero que la novia es toda una dulzura, berraca, independiente y que están iniciando una relación madura con el tipejillo en cuestión, tanto que acaban de llegar de un largo viaje, lo que para mi se traduce en que la relación es medio sería.

En mi mente surgieron dos opciones:

1. Ser una mujer que respeta las relaciones y alejarme del tipejo.
2. Hacerme la loca.

La noche comenzó con mi pleno convencimiento de que no sucederá nada…. solo faltan unos cuantos guaros para que cambie de opinión y comience a coquetear, bailar con él y para él, hacer algunas bromas y resulta más que evidente que le tengo ganas y que él no me es indiferente.

De alguna forma convenzo a Frida de que llevemos a la víctima, a la casa del lenocinio (autoría de Frida), donde Frida destruye todas mis esperanzas de lograr algo, me dice que él es un hombre comprometido y que solo se quedará dormido.

Derrotada y ofendida, me dirijo a dormir.

Oh sorpresa cuando el personaje no estaba dormido, todo lo contrario… el performance es bueno, otra vez he saciado mi verano de mal sexo. En este post el sexo pasa segundo plano, cuando comienzo a sentir el más odiado de los sentimientos, LA CULPA.



La culpa es un sin sentido, dado que ya no puedes cambiar la situación que la produce e igualmente te sigues sintiendo una mierda como si esperaras obtener un aprendizaje de esto. Lo que no hemos terminado de aprender los seres humanos es que somos capaces de justificar cualquier tipo de acción cuando queremos conseguir algo.

La culpa proviene de mi lástima ridícula por la novia del tipejo, por amigos en común en una red social observó como ella es una comprometida defensora del “amor verdadero” y de las “historias románticas de amor” de esta forma empiezan a dejar de funcionar  mis comentarios descarados.

Yo no estoy comprometida, no es mi problema. bla bla bla…
Él es una persona adulta puede decidir bla bla bla…

Al final comprendí que la infidelidad tiene categorías, y que el sexo casual puede ser el nivel básico, el personajillo tendrá sus motivos, los cuales no soy nadie para cuestionar. Al final yo no estoy interfiriendo porque no me importa en lo más mínimo mantener contacto con el tipejo este.

Es más puedo ser descarada y decir que he ayudado a esta relación por los siguientes motivos:

1. Le di un respiro a la relación.
2. Puede el personajillo cuestionar que tanto quiere estar con su novia y continuar seguro de la relación.
3. En conclusión, fue algo pasajero que los fortaleció como pareja.



Y así es como oficialmente he dado clausura a mi sentimiento de culpa, y he dado inicio a una fase de altruismo en mi papel de “couple rescuer”.



lunes, 21 de julio de 2014

Todo es cuestión de seguir la dieta

–Nene, estamos repitiéndonos. Hace dos años nos vimos y te pasaba exactamente lo mismo. Todos sabemos cuál es el origen de tus problemas.
–Y cuál es, Beef?
–Te casaste muy joven! –ríe Beef, mi franca amiga treintañera.
–Sí, –respondo algo airada, –pero eso no significa que tenga una burka encima!
–Sí nene, pero ya no puedes pretender que los chicos te caigan como antes. 
–Es un poco loco lo que nos ha pasado, tu dejaste a tu prometido, yo decidì casarme con el mío. Tenemos casi que los mismos problemas de hace dos años. Sólo que más acentuados. 

Beef tiene dos amantes (y probablemente sexo todos los dìas). Ambos son churros y buenos polvos. Beef está chiflada y tiene un amor intenso por uno de ellos. Por lo general, y al mejor estilo de las chicas como Amelita, ese personaje objeto de tanto amor es alguien que no les pone mucha atención, ni a Beef ni a Amelita. Es casi sorprendente la persistencia de estas chicas por conquistar. Beef quiere tener algo serio... eventualmente. Y bueno, Beef vive con su mamá...por muchas razones, porque su mamá le cae bien, porque no sabe si va a trabajar o estudiar en otra ciudad o país, y porque no quiere vivir sola sino más bien arrejuntada (yo no podría regresar, ni porque me pagaran, a la casa de mi mamá). 

Yo, bueno. Yo tengo medio amante y medio amigo, ambos llenos de trabajo. Asì que sexo más bien poco, dos veces a la semana, por mucho. Pero calma, porque estoy equipada y tengo un excelente vibrador. Beef se ríe y me dice que el suyo fue asesinado por uno de sus mejores amantes. Un poco sonrojada por la imagen que me hice del sujeto en cuestión, le dije que era una grosería imperdonable que ese hombre le hubiera quitado el poder de darse placer! (creo que levanté el brazo izquierdo y subí la voz, y bueno, acababa de volver de Cuba y estos discursos beligerantes se me habían pegado).  Por otro lado, soy testigo de la  aparición de una nueva raza de  pretendientes cuya existencia era todo un misterio para mi: Los Chulos Amorosos. Una manada de enfermos mentales que disfrutan coquetear con las mujeres casadas, les gusta ser dulces, galantes, caballeros y un montón de pendejadas más que son igual o peor de empalagosas. ¿Por qué esos hombres están obsesionados con las mujeres casadas?, porque las mujeres casadas no queremos nada serio. Es cierto, su plan es genial. La cagada es que sean tan obvios, y así no lo fueran, la verdad es que es un poco deprimente ver el casting de estos personajes, parecen sacados de una mala serie ochentera con Frankenstein, el Conde Patula y el hombre lobo; si por ahí se me atravesara un Iron Man o David Luiz, pffffff... hasta lo pensaría. Pero estos personajes no son churros, no bailan, no hablan de cosas interesantes, sus conversaciones siempre sobresalen por la repetición del mismo mantra: "Hola, cómo estás? cómo te ha ido?", y uno bien tonto comienza a hablar del día, del trabajo, del cansancio, de la política y del mundial, y de repente ellos salen con alguna frase fuera de contexto del tipo: "es que a ti te da miedo venir a mi casa". La verdad querido, es que ni siquiera había contemplado la idea. Y para qué negarlo?, entre tener sexo con un retardado que probablemente es mal polvo y desconoce por completo el protocolo y las buenas costumbres del sexo casual, y mi David Luiz imaginario gracias a la tecnología de mi vibrador, pues prefiero quedarme en mi casa con Davil Luiz, Iron Man y mi esposo, y los tres al mismo tiempo!

–Es un poco adolescente eso que dices. Deseos fantásticos, Nene. Al menos consíguete un chico lindo que sea real y deja de imaginar a Robert Downey Jr. con tu vibrador todas las mañanas. Búscate un tipo que te alce, como mi amante no. 1 
–No sé, Beef. A mi me gusta el sexo risueño con mi compañero de casa y de cama. 
–Ni siquiera puedes decir que estás casada.
–Cuando pronuncio ese extraño conjuro envejezco 10 años en 2 segundos, se levantan los monstruos del cementerio a conquistarme y dejo de existir para David Luiz y Iron Man… pero no todo es malo. Además de las cosas cursis que no te voy a contar, hay otro tanto que ya no podría hacer de nuevo.  Me da física mamera tener que aguantarme todo ese juego de poder, del encuentro y del desencuentro de las primeras citas. Serìa una gran tragedia tener que arreglarme y controlarme frente a alguien, prefiero ser una perra desalmada con mi compañero conocido, que una princesa de hadas intelectual medio punkera. Y bueno, cuando estoy muuuy borracha y me pongo muy acrobática y osada, no me da guayabo moral al otro día, sino más bien risa y algo de alivio porque todo haya sucedido con el conocido.
–Sí, pero te sigue faltando el primer polvo. 
–El primer polvo ha de ser como los besos o los chocolates, ricos pero efímeros. Todo es cuestión de seguir la dieta.  



jueves, 17 de julio de 2014

Delirio Alemán 2. El pueblerino fiel


Un amor de verano a mis 25 casi 26 debería estar cargado de escenas porno, de sexo en la mañana, en la tarde, en la noche y entre comidas. Pero no, mi delirio veranero inició como si tuviera 16 y finalizó como si tuviera 12.


El escenario, perfecto. Una costa paradisíaca en un país que se congeló en el tiempo. La música invadiendo un espacio idílico de playa y noches estrelladas, y el alcohol disfrazado de dulces cocteles generaban el clima perfecto para unas noches de ensueño.  Conocí a este chico en una noche de rumba. Con mis amigas solemos tomarnos los sitios y las horas de silencio y llenarlos de música, risas y mucho baile. Él estaba sentado con su grupo de amigos y preguntó al barman: - Cubans or Spainish. En ese momento me acerqué,  y en un impulso nacionalista, solamente inducido por el alcohol, le dije: No no no no Colombians, pure dance, music and Cumbia.

A nuestros amigos Alemanes (importante mencionar que no vienen de un pueblo de más de 150.000 habitantes al que llaman ciudad)  les dimos una noche de baile. Una escena cliché de mujeres latinas que bailan son, cumbia y salsa y son admiradas por sus amigos europeos. Un estereotipo solo superable por la fiesta dos días después con los mismos protagonistas: un plano secuencia sacado de un videoclip salsero donde una latina sexy con una rosa en el pelo conquista con su baile al turista de primer mundo.




Yo como de costumbre solo bailaba y saqué a mi nuevo amigo alemán a bailar. Un primer buen indicio, un europeo bailando,  sobre todo a  mí que no me importa si lo hace bien o mal lo que importa es la energía. Pues después de largas horas y de mojito tras mojito, la Amelita lanzada se animó a robarle un beso. La respuesta, un rechazo. La disculpa, una dulce novia alemana esperando a su galán universitario que emprende travesías por tierras tropicales, calientes y eróticas sin siquiera un freepass a  su favor.  Quien osa rechazar a la mamacita de Amelita?, esto es indignante, irritante, pero… aquel rechazo inesperado provocó en mí un profundo delirio de primer amor adolescente que ni el zarandeo de Frida tras tres días de colonización germánica, logró despertar.

Por su parte mi amiga Simone, como de costumbre, también entabló una conversación sexy-agresiva  con otro de los chicos,  y como siempre la efectividad de mi amiga, sin tanto show y parafernalia como a mí sí me caracterizan, logró el tan deseado polvo veranero que yo ni siquiera alcancé a rozar. Y aunque el rendimiento del alemán no le dio la talla a la morena sexy, al menos se quedó con recuerdos dulces, de un europeo pueblerino medio empalagoso, para su lista de polvos overseas.
Volviendo a lo que a mi concierne, ¿En qué terminó todo el asunto? En Amelita cediendo su cuarto tres noches seguidas a la feliz pareja mientras compartía cama con dos desconocidos alemanes y se mordía los labios, las uñas y el pelo para no meterse en la cama del “fiel alemán” y saquearlo en una cínica acción emancipadora contra lo que sus hermanos europeos españoles hicieron con nuestras tierras latinas.

Smith es el nombre del europeo que me robó la energía durante toda mi estancia en aquella playa,  y yo una Pocahontas suramericana rogando por ser dominada. Y es que tras múltiples señales confusas, miradas eternas y juegos adolescentes, ni un solo roce de labios ocurrió. Más bien mi imaginación voló hasta el infinito, y en la mente hice todo lo que físicamente me fue imposible.
De la historia solo me quedan dos enseñanzas, la primera, que así lo niegue públicamente hasta el cansancio, soy el tipo de mujer que se siente atraída por el rechazo de un hombre. La segunda, que definitivamente prefiero un mal polvo que conozca y reconozca, como le sucedió a mi amiga Simone, a quedarme con la duda eterna de un polvo que nunca sucedió.

Epílogo. Mejor tercermundista urbano, que pueblerino de primer mundo.

miércoles, 16 de julio de 2014

EL DELIRIO ALEMÁN

Las chicas salen de vacaciones, y como destino turístico eligen nada más y nada menos que Cuba… ¿Puede existir algo más cliché? Cuba es mamerto y provocador. Como las guarras que aquí les escriben.

Ahora bien, como es de esperar a donde fueres haz lo que vieres, y en Cuba no queda más que tomar ron hasta el cansancio.

Aventuras hay para contar, pero esta vez solo me remitiré al “delirio alemán”. Esta definición no puede provenir de alguien más que no sea Frida con su talento para imaginar descripciones que transitan entre el humor negro y la tragicomedia. Así fue como nuestra querida Frida nos dejó una improvisada nota resaltando la estupidez que nos había atrapado en las últimas 24 horas que anteceden a la misiva.


Como siempre Amelita y su encantador bailoteo, llamaron la atención. Esta vez las víctimas son un trío de alemanes medio simplones... pero bueno, hay que admitir que cuando Amelita quiere algo lo consigue (situación que sobre la cual Amelita DEBERÍA escribir).

De mi parte puedo decir que no se cómo llegué al delirio alemán (seguramente el ron ayudó) con el alemán en cuestión compartí la habitación las siguientes tres noches. Se suponía que mi roommate de viaje sería Amelita, lo que sucedió fue un simple cambio de compañeros por cuestiones técnicas. -Nota: no me siento culpable con Amelita porque ella me debía unas cuantas noches vacacionales de incomodidad-.

De mi delirio puedo decir que sucedía después de 4 cubas libres, y aunque me parecía medio simplón, era el único que se esforzaba por entender mi inglés pachuco y estaba impresionado con mi belleza (a pesar de permanecer en un estado de guayabo insoportable durante todo el viaje).  

La parte interesante sucede cuando descubro que cumplo todos los estereotipos latinos. La latina caliente! con mucha sabrosura! (ahhh proyecto uno). La parte poco interesante sucede cuando descubro la maldición que me persigue… los penes flojos! 

¿Qué hice yo para merecer esto? !!
¿Será que tengo que impulsar una campaña?!:
Si va a tirar no tome, si va a tomar no intente tirar, deje su pene en casa!.

En estos casos solo queda la dulzura, porque no soy una arpía. Así fue como terminé siendo amiga del alemán. De alguna forma puedo decir que: hasta me gusta, hace mucho tiempo no sentía la delicadeza y la dulzura de un hombre -qué cursilería-. Además, mi autoestima se vio gratamente sorprendida por la forma en que me miraba. En este caso puedo decir que tuve un pequeño delirio alemán de 4 días. Y aunque no tuve sexo como me lo merezco, nos regalamos otra experiencia, como dice Amelita.