miércoles, 27 de noviembre de 2013

Guar(r)o Etílica

Quisiera tener ese hermoso talento de Frida Puro Rejo para volver cualquier suceso, un lindo cuento: bien narrado, emotivo y divertido. Pero hoy no lo intento, hoy simplemente será una confesión.  

Solo un insoportable aburimiento tras una cirugía de cordales y la insistencia de mi amiga dominatriz, quien  ya no quiere más reírse en secreto, pueden hacer que yo Amelita, la que nunca ha besado sapos, la que no aguanta los panzones y la que NUNCA, óigase bien, NUNCA se metería con un guarro, pueda confesar lo que confesaré hoy.

Si tengo que empezar por algún lado, empezaría por esa mañana. Me despierta la luz que se filtra por la ventana, abro los ojos y me quejo del dolor de cabeza tan espantoso. ¿Dónde estoy?, al lado está mi amiga Simone  (no está desnuda, no piensen mal, ese no es el hecho en cuestión), es su cuarto, aunque no parece, la sicótica del orden tiene todo tirado en el piso: ropa, perfumes, zapatos.  La despierto y trato de recordar. Empiezan a aparecer flachazos en mi cabeza como el climax de una película de suspenso  cuando  te empiezan a contar en flashbacks lo que siempre sospechaste pero nunca confirmaste. Ohhh Mierda!! ¿Que hice?.  ¿En serio fui capaz?!. Simone solo ríe carcajadas.

Si señores, la mezcla explosiva de cuatro botellas de aguardiente, reggaetón, champeta y algo de bachata, hicieron lo suyo. Me metí con el man más machista, panzón y ordinario del recinto, del pequeño recinto a decir verdad. Creo que al pobre solo le faltaba el mostacho para condecorarse como el rey de los guarros.  Aunque no recuerdo gran parte de la noche, tampoco puedo decir que fue del todo mala, pero eso sí, sin una buena dosis de ayuda etílica eso nunca habría pasado. ¿Qué tiene ese líquido incoloro, amargo, y aparentemente inofensivo que hace que de repente cambie la percepción que se tiene del mundo y de las personas?. Yo solo digo, no fue mi culpa, la culpa es del guaro… ¿o del guarro?.

Como dicen por ahí, un chancho al año no hace daño y sí que combina puerquito con alcohol. Ahora… ¿Quién es la zorra aguardientera?.

EL MANUAL DE CARREÑO PARA EL SEXO CASUAL


Hablando con una amiga sobre las actitudes del sexo masculino después de una noche de sexo casual, entre varios chistes y bromas, estuvimos meditando acerca de cuales características harían del sexo casual una experiencia agradable.

Precauciones:
1. El sexo casual requiere de una exploración previa del lugar. Si es un motel es mejor, así cualquiera puede huir en caso fastidio, miedo o pudor.  En caso de no ser así, asegúrese de no quedar encerrad@!.
2. Siempre utilice protección!, si! cargue un condón!. Imprescindible del momento!. No se confié que el susodicho trae! la pueden dejar desvestida y alborotada!.
3.  No prometa nada!!!!!!!!!!!!!!!!!!
4. Haga halagos, ninguno es un pedazo de carne.
5. No mienta! Si tiene a alguien y se lo preguntan diga la verdad. Cada uno pregunta lo que quiere saber! y se arriesga a lo que quiere hacer!.

Durante:
1. Sea amable y escuche!!!!!!!!!!!!!!!!!! Así sabrá que es aceptado y que no se puede hacer!
2. Procure que amb@s terminen, esto no es una carrera, ni una competencia, pero si amb@s terminan se habrá logrado el objetivo del sexo casual!

El post-sexo!:
1. Sea amigable! Siiiii amigable, el hecho que ya se hayan acostado no significa que ud. tenga que ser un guache asqueroso, la decencia no pelea con nadie, ademas ella no se va  a enamorar porque ud. sea un poco decente.
2.  Si quiere sexo casual de calidad en un futuro, ir a cine, comer, charlar, se lo pueden garantizar. ¿Quien les echo el cuento que las viejas nos enamoramos con un polvo? ¿Con una buena charla? o ¿O con una película? Pues NOOO si ya lo dejaron claro! no habrá inconvenientes!
3. No se llamen! no es necesario!

viernes, 22 de noviembre de 2013

Yo quiero mi condón para mujeres!


En relación con la planificación mi respuesta es la misma: si planifico pero con condón. Ruby trepadora dice “eso no es planificar, eso es ponerse un plástico y ya, planificar implica hormonas”. Entonces sí, yo no planifico, las hormonas no son buenas, así suene muy hippie, ¿por qué tengo que ser yo la de los cambios de humor? Y humor en todos los sentidos, ¿quieren que camine por ahí no solo neurótica sino además apestosa? ¿cómo voy a tener sexo así? ¿ese es el método para planificar? Pfff.

La ciudad llueve. Pienso un rato en mis propias humedades con el sonido del agua que desplazan los carros y los buses, no me importa que me moje la lluvia, camino alterada por el tema de la planificación. Porque es que ni con el condón, ¿a quién se le habrá ocurrido la idea de hacer los condones de látex? Yo dudo mucho que los primeros condones hechos de tripas de cerdo se rompieran, en cambio estas cosas nuevas tienen todo el paradigma postmoderno, como los celulares, se arruinan en el momento y el lugar menos esperados. Y la falta de condón es una tragedia, pero hay que ser honestos, es una tragedia a medias, porque con o sin condón hay un pequeño e importante punto que no va a ser nunca cubierto, el cunnilingus. ¿Dónde está el condón para mujeres? ¿por qué en los supermercados no los venden?¿qué pasa con el placer de las mujeres? 


Y no solo hablo de las lesbianas, ni de las orgías, ni de las exploraciones osadas con animales, también hablo del común y corriente sexo oral que le hace un chico a una chica. Porque es sospechoso, hay condones para que no transmitamos nada pero, ¿de qué nos protege exactamente el dichoso artefacto?: Ellos nos pueden introducir su gran pepino cohombro (porque el sexo y la comida no son muy distintos, como lo escribí aquí) y nosotras, o sus parejas hombres, nos protegemos del proceso de la descarga oral. ¿Y qué hay de nuestras vaginas?  ¿Ellos o ellas acaso no están expuestos a nuestros intercambios de fluidos? ¿O es que no se espera que alguien le haga sexo oral a una? Y ese una es un “UNA”, con mayúscula.



Yo no sé si es que el sexo oral era una práctica exclusiva, exótica o perversa hace algunos años, lo cierto es que los avances y el mercadeo del condón se hicieron pensando en ellos, en sus placeres. En este momento no es una posibilidad tener sexo oral en la primera cita, porque no hay condón! Y vilmente el mercado y la cultura relegan nuestro placer a la confianza “cuando seamos novios y haya confianza, entonces sí”; o a los mitos “hacerle sexo oral a una mujer es seguro, nada se transmite por allí”.



Yo quiero un condón, quiero un condón para mi placer. 

lunes, 18 de noviembre de 2013

Comida y sexo: la carne tiene que tener salsas y si es marinada mejor.


Un filete, trozos de pimentón asado, lechugas, pepino y tomate sobre la mesa, y yo con un hambre de resaca esperando que alguno de los que se habían ofrecido a hacer el almuerzo me lanzara una mirada de aprobación, que alguien me indicara mi puesto. Manuel se acercó y preguntó cuáles eran nuestros platos, uno de sus amigos los señaló y yo me senté rápidamente apoderándome de la salsa de tomate, la mayonesa y la mostaza, cubrí la totalidad de los alimentos con ellas. La carne me supo a gloria, aunque parecía un chicle, y ni así pude evitar casi sonreír masticándola, comí lenta y pacientemente cada bocado con todos los ingredientes, sentí el jugo del pepino y el intenso sabor del pimentón cubierto por la simpleza de la lechuga que envolvía toda la mezcla como un sushi criollo. Los ventiladores giraban sobre nosotros y algún molesto reggaetón sonaba al fondo, una de mis amigas estaba muy borracha bailando y mirándonos comer, esperando ella misma su turno. Así fue la primera vez que Manuel y yo comimos juntos, y lo recuerdo perfectamente porque repasé esa escena varias veces desde que me dijo que en alguna clase de antropología y psicoanálisis había aprendido que el comer es una metáfora del tirar y ¿cómo evitar la idea de Manuel viéndome comer? Y comer tan desenfadadamente con un apetito voraz, con el cuerpo mojado de sudor y del agua de la piscina, chorreando las salsas por las comisuras de los labios. No olvido que él también comió con ganas, acabó esa carne con decisión tomando de vez en cuando algo de cerveza, sin embargo no recuerdo qué comió primero, qué dejó, qué mezcló.

Lo del sexo y la comida lo dijo en nuestra primera cita en una cafetería algunos días después de nuestro amor de verano en melgar. Era de noche y queríamos hablar un poco, conocernos. Al mencionarlo lo miré con los ojos bien abiertos, percatándome de que llevaba unos cuantos minutos mordisqueando el mezclador, ¡una figura fálica por dios!
—yo recuerdo que a ti te gustan las salsas y que dejas lo mejor para el final –dijo esa noche.

En mi infancia la comida era lo que había en la casa, lo que mi mamá preparaba; los restaurantes eran más bien lugares extraños a los que no íbamos, excepto tal vez por las pollerías. ¿Qué más podría responderle cuando me preguntó cuál era mi restaurante favorito? Tenía que ser honesta, ¿calimío? ¿Kokoriko? Estalló en carcajadas arrogante y glotón en ese traje de oficina, con su corbata roja y sus dientes grandes ¿cuántos años tenía ese mequetrefe en ese entonces? 27 ¿qué podría haber conocido él del mundo siendo un matemático? Y aunque yo era menor, había hecho varios cursos de antropología, para ese entonces sabía que los wayú crían cerdos como mascotas, les ponen nombres, los consienten, y el día menos esperado los asesinan y comen sin el menor remordimiento. También sabía que los nukak se comen unos horrendos gusanos gordos y blancos, crudos y a veces vivos; y no solamente son sabrosos para ellos, sino que además son una fuente importante de proteína. Hasta tenía una imagen poética de la fariña, la harina de yuca brava que hacen los indígenas en el amazonas y que crece al doble cuando está en el estómago por lo que es tan peligroso su buen sabor, una fariña que hace estallar a las ranas selváticas por pura gula. Probablemente todo eso era ficción, invenciones mías de lecturas universitarias, pero lo sabía, era poderosa, no me iba a dejar amedrantar por su conocimiento gastronómico.

Esa noche traté de no jugar con mi cabello ni llevarme nada a la boca más que mi café y un cigarrillo que fumé nerviosa. Y aún no sabía que vendrían muchas cenas y muchos restaurantes, que descubriría los sabores agridulces y el picante, que además probaría tres clases de risotto y mi ropa y mi pesa reflejarían las implicaciones de ese nuevo ritual amoroso de comida y sexo, o sexo y comida, o todo revuelto.

Hablamos un poco de todo, del pollo que comía en Inglaterra cuando hizo sus estudios de inglés turísticos, del arroz que le cocinaba su novia coreana, una arroz blanco y puro, sin nada de condimentos, habló del curry y de los terribles olores que provocaba entre sus comensales. Sus ojos brillaban por los recuerdos de tantos platos, olores y sabores y yo sin nada que decir, además de las historias de los indios y de la bandeja paisa que en ese entonces amaba con pasión insana.

Hice la conversación cíclica, no iba a dejar que se escapara en rememoraciones de comidas opíparas sin que antes me explicara lo del comer y la encamada. Lo aclaró entre risas por mis miradas asustadas e inquisidoras, debí cambiar de humor unas mil veces esa noche. La cosa era sencilla, había que ser un buen observador, me dijo que la gente come de maneras muy variadas, algunos lo hacen rápido y se atragantan, otros, por el contrario, lo hacen lentamente. Hay gente que no disfruta comer, que come por obligación, hay quienes dicen que mueren de hambre y dejan la mitad, a otros les gusta picar de todos los platos, y hay quienes no soportan eso. “Todo eso te habla del sexo” dijo. 




Pero no solo la comida, “hay  otras señales. Cuando una mujer juega con sus cabellos, o un lapicero, los mismos hombres obsesionados con sus corbatas en realidad juegan con sus...” “¡falos!” dije descontroladamente casi gritando. Sabía bien que esos datos no eran gran cosa, señales que se leen en cualquier página de internet de casanovas. Seguramente se sintió subestimado, y eso no lo detuvo, continuó explicándome que, por ejemplo, en los sueños, la casa es el cuerpo, y que ese sueño tan recurrente de la paloma que entra por la ventana, bueno, es un sueño bastante porno. Y no hay que buscar muy en el fondo, las mujeres aman que les digan sutilmente que quieren ser penetradas, y ahí llegaron las miradas de mis mujeres inventadas, el grito ahogado de ira hacia ese hombre reduccionista, “por favor” exclamé como si estuviera ebria, y luego tomé mi café ya frío porque la charla era larga. Riendo me dijo que no era casualidad que todas cantáramos como poseídas “quisiera ser un pez y restregar mi nariz en tu pecera y hacer burbujas de amor en la bañera, la noche entera”. Traté de acecharlo, de observarlo, él estaba preparado y yo no tenía entrenamiento, era para mí un libro cerrado y en cambio mi inconsciente parecía descontrolado con los movimientos azarosos de mis dedos, manos ¡mis gestos! Describió una escena clásica, cuando una mujer recibe descalza a un hombre, inconscientemente él se la querrá comer. Lo miré aburrida aunque en el fondo estaba emocionada, ¿quién pensaría que un matemático podía ser un observador? Terminamos nuestros cafés y pagué la cuenta, porque la siguiente vez tendríamos que comer y él debería pagar.

En los días que pasaron hasta nuestro próximo encuentro me descubrí en repetidas ocasiones recordándolo enfadada cada vez que llevaba algún lapicero o lápiz a mi boca. Todo el asunto había ido muy rápido y tenía que saberlo cuanto antes ¿la montaña rusa de emociones valía la pena o me iba a salir un tipo con un gran discurso y un deplorable polvo? Porque ya me había pasado.


Nos vimos de nuevo, íbamos al cumpleaños de un amigo de él, nos estábamos poniendo serios. Le dije que pasara por mí y que de mi casa saldríamos para el bar. Él debió pensarlo, es imposible que no lo haya hecho, yo no quería ser sutil, quería que entendiera el mensaje, así que lo recibí en una minifalda no solo sin zapatos, no me había puesto medias. Recuerdo su rostro sorprendido. Cuando entró nos besamos con ganas de comernos, y lo hubiéramos hecho literalmente si hubiéramos tenido mostaza, mayonesa y salsa de tomate. Hacia la mitad del segundo y eterno beso, sobre mi cama, me detuve casi temblando y le dije que no podía hacerlo, necesitaba alcohol ¡necesitaba vodka! Me puse las medias y unos tenis adidas azules que estaban a punto de deshacerse y fuimos, como si buscáramos condones, por una botella de vodka a la cigarrería más cercana. Regresamos a mi casa y hablamos un rato tomándonos el trago, una vez marinados pudimos cocinarnos.



viernes, 15 de noviembre de 2013

Latin Lover Cibernetico


Eso de estar con el Latin Lover Cibernetico resulto en un completo fracaso. Tanto que me siento asqueada conmigo misma!

Todo comenzó como una conversación inocente!, mmmm, mentira!!!! desde el primer momento le tuve ganas! jajajaja pues obvio me pareció que estaba bueno, sabia que era interesante y pues sin mas prospecto... ¿Por que no?. Las conversaciones en el chat eran lo bastante entretenidas como para hablar casi a diario, pasábamos de temas comunes a temas intelectualoides, bromas, burlas, coqueteo. Era bastante amena la charlita con el latin lover cibernetico.

Mis primeras precauciones:

1. Tomo bastante tiempo la primera cita. Al principio me molesto, luego me agrado la intriga de la situación.
2. Si la primera cita demoro, la segunda ni se diga.
3. Me dejaba plantada, con excusas tontas.

Cada vez que estas precauciones me asaltaban, el latin lover tenia la gran cualidad de despejarlas a través del romanticismo mas ramplon de la red; canciones, poemas, halagos elaborados, todo esto hacia parte de su "script", y yo redondita caía!


Pero algo me intrigaba, ya le había preguntado si tenia novia y su respuesta fue NO. Aunque no me convencí, seguí adelante, pero siempre alerta. Ya sin recursos, empece a creer más y más, bajo la excusa que era un "workaholic" sin remedio y que yo no quería nada serio así que estábamos perfectos para las noches de soledad.

Todo termino cuando comprobé que tenía novia, y aunque se lo pregunte a él y a un amigo cercano, ambos decidieron omitir esa parte de la historia, y a pesar que tenía todas las señales, sospechas, dudas, yo seguía con mi cuentico.

Enseñanzas:

1. Los manes no se tiran un polvo o levante entre ellos.
2. Los más romanticones son los PEORES.
3. Cualquier hombre es capaz de poner CACHOS.
4. Si después de un mes de hablar por chat no hay acción, olvidelo y siga adelante! a menos que el susodicho se encuentre cubriendo la guerra, la hambruna o la pobreza en otro país.

Despues de todo esto, me senti tan inocente y dulce de haber hablado con este tipo de manera tan ridícula, cursi, estúpida. Tendría tantos calificativos para definir esta situación, pero cada vez suben más de tono.

Si, todas mis amigas dirán: “se lo dije!!”. Pues sí! Ya sé! Me lo dijeron, yo también me dije!

Lo que me resulta más indignante después de superar mi etapa de enojo y reproches conmigo misma, fue sentirme como la mocita cibernética. Ver a la pobre novia con sus ojitos de enamorada, declarándole amor a los cuatro vientos cibernéticos (explíquese Facebook) mientras el personaje hace las maromas tecnológicas de la vida para que nada de esto aparezca en su biografía, me resulto decepcionante, YO ESTUVE EN ESE LUGAR! Yo fui la de los ojitos enamorados de la cual se burlaron un día y siento que me he traicionado de alguna forma.


Después de mi enojo, todo se transformó en la prueba factica de una cosa que perturba más que la pequeña novia bambi ilusionada, y es algo horrible… lo manipulable que puedo ser cuando alguien me atrae demasiado, ashhhh eso es lo peor porque en esta situación yo soy la bambi. Si!!! Yo lo sabía, lo sospeche desde un principio, pero continúe y continúe y me DEJE ECHAR EL CUENTO!! VEREDICTO: CULPABLE!!!!!!!

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Vuélvete Feminista


Estamos indignadas SI, por personajes de la política y la farándula criolla como el benignísimo Procurador Alejandro Ordoñez, el señor Javier Suarez representante de la emergente Fundación Marido y Mujer, el insolente Movimiento Machista de Colombia y mas recientemente el señor Andrés Jaramillo, empresario colombiano quien declara que las minifaldas incitan a la violación.

Así que dejamos estos audios sobre las típicas frases y lugares comunes que ODIAMOS y que dan un contexto de la sociedad machista en la que vivimos.


martes, 5 de noviembre de 2013

Mas que un disfraz, un homenaje.

En primicia la primera foto de las chicas del Hot Lunch, en esta oportunidad haciendo un homenaje a la banda rusa de punk feminista Pussy Riot. 
Por que las amamos, las admiramos, compartimos sus ideas y las queremos LIBRES.
FREE PUSSY RIOT!!!