jueves, 5 de diciembre de 2013

Serie cuentos de hadas: La bella y la bestia

La chica tiene un problema mental, no es normal que tenga esas aficiones tan particulares. El asunto es de crianza, en principio no debieron ponerle Bella, es como nombrar “linda” o “hermosa” a una niña, eso tiene dos variantes indeseables: que la susodicha no llene las expectativas del modelo de belleza vigente y que su nombre sea una gran ironía por el resto de su vida, o que de hecho si las llene y se convierta en una princesita. Eso último fue lo que le sucedió a Bella, una chica de clase media, de cabello marrón y ojos grandes que creció cortando flores y jugando a las barbies ¿con quién? con un papá bondadoso que la prefería entre todas sus hermanas, “arpías” parecidas a su madre “vagabunda”. Un padre sutilmente machista. ¿quien no quiere a una chica con una tremenda compasión por los hombres resultado de la relación casi incestuosa con su padre? bueno… en realidad mucha gente no la quiere, en especial las chicas, pero la necesitan porque bella es la única que se le mide a comer bestia, y bien bestia. El asunto no es que a bella le gusten las bestias, lo que bella realmente quiere es un castillo y a un hombre para salvar, convertirse en una gran Desesperated Housewife.

Bella se gradúa de su universidad y se consigue al primer protohombre con casa, carro y beca y le dice: “ven muchacho que a ti te salvo”. Obviamente la bestia en cuestión la encierra, le pega, le quita el trabajo y el dinero, le dice que está gorda, que está fea, la compara con las amigas, y bella sonríe austera esperando que el “amor” lo salve, que la bestia se convierta en un príncipe después de un misterioso proceso mágico que ocurrirá algún día mientras duermen después de algo de sexo salvaje en el que bella se viste como una conejita y bestia imagina que se está comiendo a la bruja, la gran y verdadera culpable de todo: ¡su madre! o alguna figura femenina de autoridad que lo sodomizó simbólicamente en su infancia  y por la cual la bestia es un misógino.


Como sea, Bella no puede escapar a su tiempo ni a su crianza, ya se ha acostumbrado al amor dramático de escándalos en público, peleas e intrigas, y bueno le gusta la casa con vista a los cerros, su carro último modelo y de cuando en cuando tener sexo con algún portero.  

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