viernes, 31 de enero de 2014

PEQUEÑAS COSAS



BarbieInquieta

Mi escritorio es un cubículo donde apenas me puedo sentar y mi  escritorio se encuentra lleno de oficios y varias firmar por llenar. Organizo papeles completando información y chequeando que los contribuyentes cumplan con sus impuestos, nunca se comenten errores, tenemos un sistema de rastreo bastante eficiente para encontrar a los evasores. No paro de moverme de un lado para otro, no hay distracción y siempre nos monitorean para evaluar que tan eficiente es nuestro trabajo. Al terminar el turno, salgo a la calle y voy a la maquina de comidas ubicada a una cuadra de la oficina, compro una  o dos frutas deshidratadas y sigo caminando hasta la estación en donde espero el electrobus. En la calle, siempre están esas extrañas creaturas recogiendo basura o limpiando la estación. Son como animales, crustáceos adaptados a vivir con su cuerpo dentro de alguna lata, cafetera, aspiradora o cualquier cosa en la que quepan. Las gente los ignora por completo, como sino existieran y pasan totalmente desapercibidos.

En la estación, recojo una maquinaria de metal y la comparo con la imagen que aparece en mi libro coleccionable, por las gráficas me guío para identificar las cosas que encuentro y colecciono.
-Una mas en la lista.
Me detengo en la estación cercana a la casa, camino con mi maleta llena de objetos que he logrado encontrar y sigo recogiendo hasta que llego a mi casa, abro la puerta y mis papas están leyendo mientras mantienen la pantalla prendida, la cafetera también. Al lado, se pueden sentir los ruidos que se escapan de la casas deshabitadas.
-       Ya se irán, dijo mama.

Subí al cuarto y deje la maleta, empecé por sacar los objetos que traía: tapas, botellas, botones, tuercas…tenia bastantes cosas. Sin embargo seguía buscando algo mas especial.
Nuestra casa es una de las pocas que quedan en pie en este sector, la casa de al lado esta deshabitada. Afuera el paisaje se inunda de grandes fabricas e industrias que han desplazado las casas en la ciudad.

Al día siguiente salí y me di cuenta que esta vez los invasores habían sido esas extrañas creaturas casi animales con cuerpo metálico a las que nadie prestaba atención, me acerque para ver cuantos habitaban allí pero recordé que tenia prisa por llegar al trabajo entonces, seguí el camino hacia el electrobus.

En la oficina observe el ascensor, oprimí el botón negro y espere. Subí y cerré la puerta metálica de rejillas y detrás de ella se cerro otra puerta de vidrio. Desde allí divise en el lobby a una mujer alta, delgada, pálida, su situación me lleno de intriga así que la busque en los archivos y por razones de confidencialidad no pude ver su expediente.
Después de hablar con el funcionario del lobby y arrojarle los papeles por la cara ella salio de allí, se monto a un camión y se dirigió a su apartamento, estaciono en la esquina sin importarle haberlo dejado casi en la mitad de la calle; subió al apartamento, recogió unas cobijas y bajo con dos niños a quienes llevo a un refugio donde los cuidarían hasta que su papa pagara los impuestos que debía y que; debido a esto, el sistema había enviado por él para llevárselo y hacerle pagar con trabajos para el estado.  Después de haberla seguido e investigar un poco sobre ella, regrese a la oficina y empecé a buscar en los expedientes nuevamente, pero no logre encontrar nada.
– No insistí.
Cayendo la tarde fui hasta la estación, compre dos frutas transgénicas de la maquina expendedora y de camino a la casa recolecte varios objetos que eran similares a un reloj de arena.

Después de prepararnos con mis padres para dormir, revise las cosas organizándolas en estantes y las conté una por una observando las imperfecciones y que uso les daría, mientras estaba en la habitación se escuchaban los ruidos de la casa continua, la cual había sido invadida por las extrañas creaturas.

Al amanecer tome mi maleta y álbum coleccionable que siempre llevaba conmigo y me dirigí hasta la playa, en donde vi a la mujer que llamó mi atención anteriormente en la oficina de impuestos, esta vez estaciono su camión frente a la playa, se bajo y se adentro en el mar; escurrió agua que traía en los bolsillos de su overol, recogió una tapa de la arena y la guardo. Pensé que tenia la costumbre de coleccionar tapas, entonces  me acerque y entablamos una conversación en donde ella se entero de mi trabajo en la sección de impuestos.

Indague sobre su vida y me narro el hecho pasado en la oficina de impuestos, sin pedírselo me invito a ir con ella en su camión y terminamos en una de las casas tomadas.  Entramos por la puerta trasera encontrándonos con esas extrañas creaturas, con quienes nunca había tenido contacto sino hubiera sido por el encuentro con esta mujer. Aquí ella ocultaba su rostro, pues era una desertora del sistema y la perseguían, de cierta forma aquí la protegían.
Me quede divagando sobre las posibilidades que podría tener para ayudarla, pensando en posibles soluciones para resolver su situación. Para mi el sistema era completamente perfecto, vivía en una burbuja donde no temía se me trataran injustamente.


Recogí mis cosas y regrese a la playa buscando nuevos objetos para mi colección, este día encontré algo mejor, me tropecé con algo mucho mas grande y mas vistoso; me  desperté frente a la realidad de aquellas extrañas creaturas que veíamos caminar por ahí; la toque y me hizo una seña, como jugando, me lanzo una pelota; yo la seguí  y pase la tarde con ella. Al final me di cuenta que no tenia hogar, al retirarme me siguió, la saque de la playa y la lleve a mi casa, que no tenia mucho espacio; pero podía estar a gusto. Haberla encontrado lleno un vacío y pensé que al fin había encontrado lo que estaba buscando. 

31/01/2014

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