martes, 4 de febrero de 2014

tacones, corbatas y fajas, el amor verdadero

-yo no entiendo por qué me resisto a dejarte, si lo hiciera perdería 75 kilos de un solo tajazo –dice ella agarrando con fuerza el teléfono celular temiendo porque se lo roben mientras camina por la avenida
-claro, y también perderías el chofer y el marrano –responde él al otro lado, sentado en la mesa de un bar a un cuadra de la avenida
-tremendo marrano que pagó su tarjeta de crédito con mi sueldo pasado
Él ríe
-no es para tanto, solo concéntrate en no caer por ninguna alcantarilla con esos taconazos que te quedan tan bonitos. Te veo desde acá
-vete acostumbrando a verme de lejos, porque con lo que me pagues compraré un vibrador y perderé peso
-otra vez con la misma ¿qué tal que te reclamara por todas las veces que me toca acomodarte la faja en la que te empaquetas cada vez que vamos a bailar? y no se diga de las veces que me toca quitarla
-ya no va a tener que quitar nada, puede irse a comer a alguna de esas bobas que se deslumbran con una corbata
-pareció gustarte cuando te amarré hace dos noches con ella
-ni siquiera un buen nudo puede hacer usted ¿no?
-¿querías que te hiciera daño?
-quería acción y adrenalina, pero con esa mente tan cuadriculada suya la actuación no dio para tanto
-¡pero llegaste!
-hace mucho tiempo aprendí a fingir
Silencio
-no hablas en serio, ya te pasaste
Ella ríe, él continúa:
-pues yo también lo he hecho cada vez que llegas borracha a violarme
-como si eso fuera en lo que pensara cuando quiero sexo borracho
-si vas a venir a hacer como si te cayera bien, mejor devuélvete envuelta en la faja que de seguro tienes puesta
-si, me voy a ir, pero primero necesito que me des para el taxi y que me acomodes la faja
Carcajada de él
-podemos entrar al baño y no solo para arreglarte la faja
Carcajada de ella
-de todas formas no te va a gustar llegar acá, mejor solo fíngelo como has hecho tantas veces, y devuélvete a tu casa
-ya quisieras querido
-hablo en serio, tus mejores amigos están acá
-me vale cinco que estén las tres brujas de tus amigas y sus bobazos guardaespaldas, tu y yo nos vamos juntos a la casa esta noche
-¿contigo? No, prefiero perder 60 kilos de un solo tajazo
-¿te vas a perder la quitada de la faja? Date un gustico
-no necesito gustos ni placeres, no me dejo engañar por mi deseo, hoy estoy zen
Carcajada de ella
-quiero ver, mi pequeño Buda, como haces para alejarte de las tentaciones materiales… de mis tacones rojos!
-puedo hacerlo, soy bueno en eso
-ya te vi -dice ella colgando el teléfono, sonríe; él la observa, acomoda su camisa y se levanta de la silla, la besa
-hola mi amor
-hola mi vida



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