-yo no entiendo por qué me resisto a
dejarte, si lo hiciera perdería 75 kilos de un solo tajazo –dice ella agarrando
con fuerza el teléfono celular temiendo porque se lo roben mientras camina por
la avenida
-claro, y también perderías el chofer
y el marrano –responde él al otro lado, sentado en la mesa de un bar a un
cuadra de la avenida
-tremendo marrano que pagó su tarjeta
de crédito con mi sueldo pasado
Él ríe
-no es para tanto, solo concéntrate en
no caer por ninguna alcantarilla con esos taconazos que te quedan tan bonitos.
Te veo desde acá
-vete acostumbrando a verme de lejos,
porque con lo que me pagues compraré un vibrador y perderé peso
-otra vez con la misma ¿qué tal que
te reclamara por todas las veces que me toca acomodarte la faja en la que te
empaquetas cada vez que vamos a bailar? y no se diga de las veces que me toca
quitarla
-ya no va a tener que quitar nada,
puede irse a comer a alguna de esas bobas que se deslumbran con una corbata
-pareció gustarte cuando te amarré
hace dos noches con ella
-ni siquiera un buen nudo puede hacer
usted ¿no?
-¿querías que te hiciera daño?
-quería acción y adrenalina, pero con
esa mente tan cuadriculada suya la actuación no dio para tanto
-¡pero llegaste!
-hace mucho tiempo aprendí a fingir
Silencio
-no hablas en serio, ya te pasaste
Ella ríe, él continúa:
-pues yo también lo he hecho cada vez que llegas borracha a violarme
-como si eso fuera en lo que pensara
cuando quiero sexo borracho
-si vas a venir a hacer como si te
cayera bien, mejor devuélvete envuelta en la faja que de seguro tienes puesta
-si, me voy a ir, pero primero
necesito que me des para el taxi y que me acomodes la faja
Carcajada de él
-podemos entrar al baño y no solo para arreglarte la faja
Carcajada de ella
-de todas formas no te va a gustar llegar acá, mejor
solo fíngelo como has hecho tantas veces, y devuélvete a tu casa
-ya quisieras querido
-hablo en serio, tus mejores amigos están acá
-me vale cinco que estén las tres
brujas de tus amigas y sus bobazos guardaespaldas, tu y yo nos vamos juntos a
la casa esta noche
-¿contigo? No, prefiero perder 60
kilos de un solo tajazo
-¿te vas a perder la quitada de la
faja? Date un gustico
-no necesito gustos ni placeres, no
me dejo engañar por mi deseo, hoy estoy zen
Carcajada de ella
-quiero ver, mi pequeño Buda, como
haces para alejarte de las tentaciones materiales… de mis tacones rojos!
-puedo hacerlo, soy bueno en eso
-ya te vi -dice ella colgando el teléfono, sonríe; él
la observa, acomoda su camisa y se levanta de la silla, la besa
-hola mi amor
-hola mi vida
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