Un día de trabajo normal, cargar el computador portátil y
subir a la oficina. Comienza la correría,
de la oficina del jefe al cubículo, luego a la impresora, que se
localiza en la mitad del pasillo, sudar un poco esperando que nadie note que
estoy imprimiendo el I CHING, porque con tantos nervios por la presentación de
esta tarde, la programación neurolingüística ya no es suficiente
El I ching es muy críptico, cuándo pensé que podría
ayudarme? Dice que soy una olla donde se cocina el cambio (¿?), yo necesitaba
que dijera que soy un dragón con ojos de fuego que tiene el poder de acabar al
mundo!! Maldita sea. Bueno, comienzo a leer, por un rato me entretengo, leo sobre el arte, la creación y la escritura, en algún momento el autor menciona que
es importante tener una lista de “NO”. Una lista de “no”, mmm bastante
sugerente. Trato de seguir la idea, no la idea en el texto, hoy estoy muy
posmoderna y se me da la gana de saltármelo, trato de seguir la idea de decir,
pensar y escribir todo lo que se me ocurra y pase por mi cabeza, lo primero,
sería, claro
1.
No escribir una lista de “No” sobre escribir.
Jjaajajjaaj, río frenéticamente.
No… 2. No coquetear
con el ginecólogo, eso sería buenísimo, aunque se me había ocurrido decirle en
mi próxima cita que si seguía poniéndome en periodos de abstinencia iba a
pensar que quiere destruir mi matrimonio y claro, alargar mi tratamiento. Luego
se me vino a la cabeza una escena pornodecir más, bastante inquietante.
No… 3. Hablar con los ex (novios, casi novios, polvos,
machuques y demás fauna), no hace bien, no tiene sentido, lo más grave, es que
siempre hay una chica o un chico detrás de sus apariciones imprevistas, una
chica o un chico que les rompe el corazón y uno tiene que
estar ahí para qué? Para subir el ego! Que coman caca, a mi no me caían nada bien cuando éramos amigos, ahora que somos exes menos.
estar ahí para qué? Para subir el ego! Que coman caca, a mi no me caían nada bien cuando éramos amigos, ahora que somos exes menos.
4. No… fantasear con
viajes y trabajos ideales, eso tampoco hace bien, basta con identificar lo que
odio de mi trabajo (no investigar, no escribir, no hablar con la gente,
convertirme en una tecnócrata, no callejear ni viajar) para definir lo que
quiero. No va a llegar el trabajo soñado como un príncipe azul entrando por mi
ventana en una noche de abstinencia recetada por mi ginecólogo.
5. no seguir los consejos de yahoo answers, ni los
desarrollos ulteriores de la psicomagia, no hay forma humana en la que meta un
cigarrillo por mi precioso, protegido y adorado ano para dejar de fumar. O que remoje un tampón en vinagre para aliviar el escozor de mi infección. No!
6. no tener amigos “parceros”, ya tengo dos hermanos, aunque
guaches, son dulces. Estos pseudohermanos a los que les parezco graciosa y
buena gente son unos atarbanes, cuando se agota la posibilidad romántica
entonces hay que escuchar miles de historias sobre tetas y culos y caras
bonitas y viejas chistosas, y uno se convierte en un protohumano sin género
(cosa q no estaría nada mal si simultáneamente no lo clasificaran en la base de
la pirámide de lo que se supone que es una mujer) o si no…
uno se convierte en una princesa asqueada de las burdas
conversaciones de los “hombres”.
Que idiotez.
7. No ser una princesa con oídos sensibles y con mirada
recriminadora.
8. No caer en la caricaturización de las mujeres de mi edad,
tiempo y situación sociopolieconocultural jajajajaja, aunque esa es una buena
invención. Si bien todas somos diferentes, no estaría mal reconocer que, por
ejemplo, la suxygoda no solo cree en dios y es medio facha, sino que también
tiene sus carcajadas sonrosadas cuando hablamos de los estimuladores anales y
que no afirma con el dedo señalando hacia el cielo que los pobres son pobres
porque quieren (sin reconocer además que todos somos pobres, excepto los ricos
claro).

Yo amo el sur, amo el sur de mi cuerpo, del planeta, de la ciudad, de mi habitación, amo los sures y los nortes cuando todo se pone al revés, los amo tanto, que es increíble la miopía imperante en esta caricaturizada clase.
Suspiro, levanto la mirada, el computador está esperando que
lo alimente con una presentación, una presentación sobre una situación que se genera por estas
ficciones, mujeres de oídos sensibles que odian hablar de sus vaginas e
infecciones y tienen la certeza de que la ciudad está acabando porque los
pobres resentidos del sur viven de los subsidios y acaban con los impuestos.
10. No agotar las palabras, las ideas, la creatividad
tratando de defender al mundo, como si eso fuera posible, tratando de escribir
de manera sencilla que yo no soy la única que tiene derecho a un ginecólogo, a
un trabajo mediocre, a un sueldo, a un computador, a un auditorio lleno de
gente poniéndome atención, yo no soy la única con derecho a ser un interlocutor
válido, somos millones. Así muchos digan que NO.
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