sábado, 22 de marzo de 2014

Sexy Lucy por Frida

Eran las cinco de la tarde del sábado y estaba tomando un café con Lucy. Ella me hablaba de los vericuetos que había vivido saliendo de su primera tusa. No voy a negarlo, la pequeña Lucy no sonaba tan joven, parecía alguien mayor que ya no quiere compromisos ni poemas de amor. Curioso cómo las tusas sacan lo mejor de nosotras. Le dije, Lucy, ¿quieres ir a tomarte un trago y bailar con mis amigas guarras?
-claro! Necesito salir y bailar.
Ocho de la noche en la central de adolescentes en minifalda, el carulla de la 85 con 15. Simone, Amelita, Lucy y yo bajándonos una caja de aguardiente como unas guarras profesionales, hablando del amor y la vida (en realidad de sexo, mucho sexo y polvos raros y tipos raros y de lo que ya no estamos dispuestas a hacer ni a creer). Riendo a carcajadas fuimos al bar en cuestión. Íbamos a bailar un poco, embriagarnos y volver a casa. Pero la cosa se puso oscura cuando Simone compró una segunda botella de aguardiente. Amelita, como buena morronga, con esa cara de princesa se levantó a bailar eufórica, como si llevara entre las piernas un tubo para hacer pole dance.
Lucy, evidentemente afectada por el alcohol (pues no tiene nuestro nivel  de poderosas ebrias) la secunda, y de un trago a otro no sólo fuimos las chicas del frente que bailaban, cayéndose y riendo, sino que los brazos poderosos de Lucy y Amelia comenzaron a toquetearse más allá de lo normal, así como sus bocas, y en general todo su cuerpo (dañando todos mis planes para sacar a Lucy de su tusa, con cualquiera de los visitantes hombres del bar, que fuera más alto que ella), y Lucy ha caído en un coma profundo.
12 de la noche y visiblemente ebrias, Amelita, Simone y yo estamos en la calle cargando el cuerpo de Lucy. Una no entiende cómo ese pequeño cuerpecito de 50 kilos se volvió una tonelada, ni siquiera las tres al tiempo lográbamos arrastrar a la languideciente Lucy. Lo importante es que seguía respirando y, en ocasiones, cuando Amelita Morronguita la abrazaba y la cuidaba como en cualquier película romántica, Lucy soltaba una pequeña sonrisa alcoholizada. Pero ¿cómo se le ocurría a mi amiga la morronga volverse una casanova con esta pequeña divorciada que apenas salía de su tusa? ¿cómo se me ocurría arrastrarla por toda la ciudad para botarla en el sofá de mi casa mientras discutía con la morronga sobre sus pasiones con la pequeña niña?
La discusión tuvo un detonante, fue en el taxi, mientras balbuceaba histérica sobre los besos cariñositos entre Lucindita y la morronga… ¿qué dijo la morronga?:9227583.jpg
Cha cha cha chan!!! (banda sonora de novela)f8591f40ff8328abb91d0563fd97acb79d804903ad03766e92ae18eaf4b27b56.jpg
¿Qué hacía Simone?, como tía zalamera: hay Frida, no moleste a la niña, ella no tiene la culpa, además Lucy no es una bebé, está divorciada y ha de saber algo de la vida! Buzz-and-Woody (1).jpg
Y sí, puede que Lucy se haya levantado al bombón de Amelita, y sí, las dos lo disfrutaron, pero Lucy es mi pequeña prima divorciada, la niñita de ojos verdes que todavía no estaba preparada para bailar como una stripper con mi amiga la morronga descarada.

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